Algún intermedio aprovecho la ahora ex-jefa de carrera para dirigirse a sus tropas. Con palabras cariñosas que movían el corazón les dio las gracias a todos por el apoyo que le brindaron, exaltó las virtudes del nuevo general y exhortó a todos a trabajar junto con él para poner un alto a la ignorancia, la superstición y el atraso, y finalmente terminó su discurso exclamando ¡This is Sparta! Grito que ahora, por alguna razón, ya se ha hecho famoso entre la comunidad universitaria.
Se formaron varios grupos, uno muy numeroso junto a la escalera que era de los que esperaban su turno para ir al baño. En la cocina los de décimo, ya bien afianzados en su control del refri, discutían acaloradamente sobre las ventajas y desventajes del uso de combustibles sólidos o líquidos en la siguiente generación de viajes espaciales. En la pista se reunieron los bailadores de banda, los de sexto se desbandaron en busca de más caribes y no debieron hallar en todo Huatulco, porque ya no regresaron. Afuera había sección de fumadores, adentro, de bebedores. Un grupo de psicólogos se reunió para tratar de explicar a que se debía que unos se juntaran con tal o cual grupo, pero no consiguieron siquiera determinar si realmente ellos se habían juntado por eso, o porque eran demasiado extraños como para que los aceptaran en cualquier otro lado.